Puede suceder
que de repente el bebé tenga miedo al agua, aunque antes disfrutara dentro de
ella. Lo que antes era tan divertido para él ahora lo sufre.
¿Por qué
sucede esto?
Puede ser
por diversas causas como que el agua le quemó una vez, le asustó el ruido del agua
saliendo por el desagüe, sentía que se ahogaba cuando le enjuagaban, tragó
agua, le agobia el agua en los ojos, se le metió jabón en los ojos y le
escocían, etc.
Lo que a
nosotros nos parece algo normal a ellos les puede provocar miedo, por lo que al
ver el agua o escucharla sienten pánico y lloran sin cesar.
¿Cómo
ayudar a quitarle el miedo?
Lo primero
es explicarle que no va a pasar nada, que vamos a estar con él y que van a
estar protegidos todo el tiempo. Consiste en generar confianza. Una buena forma
de que consiga esa seguridad es metiéndonos en la bañera con él.
Igual el
ruido del chorro del agua le asusta por lo que hay que llevar al bebé al baño
cuando la bañera ya está llena. Además es aconsejable enjuagarle la cabeza con
las manos o con una esponja, sin utilizar directamente el mango de la ducha. Así
evitamos que el jabón le entre en los ojos o en la boca.
Meter nuevos
juguetes en la bañera puede distraerle del agua y divertirle. Hay multitud de
juguetes acuáticos que hacen que el baño sea un momento de juego para el bebé.
Otra cosa
que podemos hacer es poner una música que le relaje. Puede ser la canción de
unos dibujos que le gusten o su canción favorita. La podrá cantar y se sentirá
más cómodo.
Hay que
tener paciencia y ser comprensivos con él. No se consigue enseguida, es un
proceso que debe seguir su curso. Debemos conseguir que vea el baño como un
momento divertido para que después vuelva a la normalidad.
Si el niño
disfruta del agua cuando llegue la hora de ir a una piscina o a la playa se
sentirá más cómodo y se acostumbrará con facilidad.
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