LA RISA
Durante las primeras semanas de vida el bebe sonríe
de forma inconsciente. Lo hace para comunicarse con los demás, para crear un
vínculo de afecto con los adultos que le rodean y conseguir su atención. La sonrisa
ayuda al bebé a ser más sociable. Poco a poco esa sonrisa se transforma en risa
cuando se enfrenta a ciertos estímulos.
La sonrisa y la risa le dan al bebé placer y
bienestar. Físicamente la risa libera endorfinas. Estas hormonas regulan el
sistema inmunológico. Es decir, los niños que ríen más tienen más defensas por
lo que tienden menos a ponerse enfermos. La risa también incide en las
respuestas fisiológicas ante ciertos estímulos emocionales y favorece la atención,
la conducta, la memoria, etc. Además la risa tiene cualidades analgésicas, es
decir, si un niño se cae y le haces reír pronto se olvidará del susto.
Psicológicamente, la sonrisa está muy presente en
la vida del recién nacido. Cada vez que consigue algo sonríe, y es porque se
siente orgulloso y de este modo se motiva a seguir experimentando.
Si un bebé no sonríe nunca es que no evoluciona
correctamente y habría que llevarlo al médico. Sin embargo, no es adecuado
sobreestimularlo. El bebé aún no sabe controlar sus emociones y puede pasar de
la risa al llanto en un santiamén. Si no dejas de hacerle cosquillas puede que
llegue un momento en el que se ponga nervioso y llore, así que hay que saber
cuándo parar.
¿De qué se ríen los bebés?
Todo lo que llama la atención del bebé le alegra.
Puede sonreír ante mil situaciones como cuando ven una cara conocida, cuando
descubren ruidos o imágenes, cuando hay movimiento, etc.
La primera vez que el bebé sonríe es cuando aún
no ha nacido. Las últimas tecnologías demuestran que los bebés tienen expresiones
faciales dentro del vientre materno. Por lo que se podría considerar la sonrisa
como un acto reflejo que se activa cuando se siente a gusto.
No es hasta que el bebé tiene un mes de vida
cuando éste sonríe de verdad por primera vez. Y cuando se ríen es una vez
cumplido los cuatro o cinco meses. La risa es considerada como una prolongación
de la sonrisa. Es más intenso que la sonrisa. Es imprescindible para el
desarrollo afectivo del bebé.
A los siete meses la risa ya es de satisfacción,
el bebé ríe de alegría. Con un año al niño le divierten muchas cosas, sobre
todo lo inesperado y poco habitual. Con dos y tres años el bebé entiende bromas
y chistes sencillos. Pero con cuatro años ya estalla en carcajadas debido a que
su lenguaje es más rico y entiende más cosas.
¿Qué le divierte a un bebé? Hay millones de cosas
como los sueños placenteros, las caricias, las cosquillas, las payasadas, su
reflejo en un espejo, los juegos de manos, las voces que reconoce, el
movimiento, las muecas, etc.
Los niños se ríen mucho más que los adultos. Según
un estudio, un niño se ríe 500 veces al día, mientras que un adulto tan solo
20.
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