lunes, 23 de julio de 2012

ANIMALES Y BEBÉS



Cuando todavía no hay niños en casa la mascota suele ser el centro de atención de la pareja y se siente el rey de la casa. Con la llegada de un bebé la mascota puede sentir celos y sentir rechazo hacia el nuevo inquilino. Los padres deben introducir al bebé sin excluir a los animales de compañía. Así en vez de verlos como un intruso y ser un riesgo para el bebé puede aportar una buena relación.

Antes de que llegue el bebé hay que hacer los cambios necesarios para su instalación. De este modo la mascota no asociará los cambios con la llegada del bebé. Además la madre tiene que intentar pasar menos tiempo con él porque cuando el bebé nazca no se va a poder ocupar tanto tiempo de la mascota como antes y podría sentirse excluido.

Hay que dejar que el animal se familiarice con los muebles nuevos destinados al bebé. Los verá como parte de su hábitat.

Una buena opción es invitar a amigos que tengan niños pequeños a casa. Así la mascota se va acostumbrando a su presencia, al trato de estos, a sus ruidos, a sus olores, a sus juguetes, etc.

Cuando llegue el bebé es importante dejar que el animal se acerque a conocerlo. Pero tiene que ser en buenas condiciones de tranquilidad, que no le vea como una amenaza. Hay que dejarle curiosear el tiempo que sea necesario, sin que se asuste. También se le puede premiar con golosinas para que le asocie con cosas buenas.

Hay que aprovechar el tiempo que está dormido el bebé para pasarlo con la mascota para que no se sienta desplazado ni celoso.

Cuando el bebé llore hay que tranquilizar al animal, ya que es un ruido que va a suceder constantemente y tiene que adaptarse a él y estar relajado.

Hay que evitar cambiar las rutinas con el animal. Pero si fuera necesario habría que anticiparlo y cambiarlas antes de la llegada del bebé, para que no sienta rechazo hacia él.

Cuando el niño crezca y empiece a moverse más libremente por la casa hay que enseñarle a comportarse con la mascota. No debe molestarle mientras duerme o mientras come, no debe hacerle daño, etc. No es recomendable dejar a la mascota y al bebé solos sin la supervisión de algún adulto.

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