martes, 31 de julio de 2012

EL HABLA


EL HABLA

Los bebés van utilizando poco a poco palabras para describir lo que ven, piensan y siente. Esto varía en cada uno en función de su desarrollo mental, emocional y de comportamiento. Antes de que el bebé comience a hablar aprende algunas reglas del lenguaje y ven cómo lo usan los adultos para comunicarse.

En los primeros meses de vida hacen algunos sonidos como “ooh” y “aah”. Poco después comienza a balbucear. Poco a poco esos sonidos van transformándose en palabras que aprenden escuchando a los adultos de su alrededor. Escuchando es la forma en la que el bebé va aprendiendo las palabras, la estructura de las frases, etc. Entre el primer y el segundo año empiezan a formar frases de dos o tres palabras.


La primera forma en la que se comunica el bebé es con el llanto. Poco a poco irán haciendo más ruidos como grititos y gorjeos que le permitirán expresarse mejor. Con cuatro semanas es capaz de distinguir entre sílabas parecidas como “ma” y “na”. Con cuatro meses el bebé puede combinar algunas consonantes y vocales, aunque no sabrá su significado. El sonido de esas palabras le resulta divertido, es un juego para él.

Con un año empieza a usar palabras y sabe lo que significan. Se da cuenta de lo importante que es hablar ya que así puede comunicar mejor sus necesidades.

Entre el año y medio y los dos años el bebé puede decir 200 palabras, aunque la mayoría son nombres. Aprende diez palabras cada día, por lo que hay que tener cuidado con lo que se dice delante de él.  Puede formar frases de dos palabras. Con dos años es capaz de hacer frases de tres palabras y cantar algunas canciones sencillas.

Con dos años al niño le cuesta determinar el volumen adecuado a la hora de hablar. Su vocabulario ya está compuesto por 300 palabras y es capaz de formar frases uniendo nombres y verbos.

Al cumplir los tres puede mantener una conversación y ya ajusta su tono de voz dependiendo de con quién esté hablando. Se le entiende bastante bien y puede decir su nombre, su edad y contestar a preguntas. A medida que va creciendo habla cada vez más.

¿Cómo puedes influir en él? Hablándole. Si le hablas al bebé desde muy pequeño, incluso cuando aún no ha nacido, le estás ayudando aunque muchas veces ni te entiendan. A los cinco meses te mirará los labios y poco a poco intentará responderte. Está demostrado que los padres que hablan mucho con sus hijos cuando son pequeños tienen coeficientes intelectuales más altos que los demás además de tener un vocabulario más extenso.

Debemos empezar a preocuparnos si el bebé no hace sonidos ni los intenta hacer y si ni siquiera nos mira cuando le hablamos. Esto podría significar que tiene problemas de oído. Si lo detectamos pronto el niño podrá tener un tratamiento adecuado que estimule el desarrollo de su lenguaje. También tenemos que tener cuidado si el niño no habla cuando ya ha cumplido quince meses porque podría ser autista. En cualquier caso, habría que acudir a un pediatra.

Es habitual que los niños se atasquen al hablar o que incluso tartamudeen. Esto sucede cuando están nerviosos o emocionados por contar algo. Hay que dejar que termine las frases e intentar no intervenir ya que podríamos hacerle sentir mal y que no aprendiera. Si este tartamudeo es constante en el tiempo habría que consultar con un logopeda.

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